martes, junio 06, 2006

Ejemplar economía de la alabanza

Se vienen los 20 años de la muerte de Jorge Luis Borges, y con el aniversario, kilómetros de análisis sobre su obras. Nosotros nos quedamos con estas contundentes líneas de Italo Calvino.

Si tuviera que decir quién ha realizado a la perfección, en la narrativa, el ideal estético de Válery en cuanto a exactitud de imaginación y de lenguaje, construyendo obras que responden a la rigurosa geometría del cristal y a la abstracción de un razonamiento deductivo, diría sin vacilar: Jorge Luis Borges. Las razones de mi predilección por Borges no se detienen aquí; trataré de enumerar las principales:
porque cada uno de sus textos contiene un modelo del universo o de un atributo del universo: lo infinito, lo innumerable, el tiempo eterno o copresente o cíclico; porque son siempre textos contenidos en pocas páginas, con una ejemplar economía de expresión; porque a menudo sus cuentos adoptan la forma exterior de alguno de los géneros de la literatura popular, formas que un largo uso ha puesto a prueba convirtiéndolas en estructuras míticas. Por ejemplo, su vertiginoso ensayo sobre el tiempo, "El jardín de senderos que se bifurcan" (Ficciones, Emecé) se presenta como un cuento de espionaje, que incluye un cuento lógico-metafísico, que incluye a su vez la descripción de una interminable novela china, todo concentrado en una docena de páginas.