OjO
No estás a la altura del tiempo
que te chocó en silencio
el día que fuiste a buscar
lo que no debías.
Sin querer o sin poder
es la forma del engaño
que te salvó de la caída
cuando el reloj apenas se movía.
Preguntale al que te cruces
en el semáforo de la esquina,
da lo mismo de noche o de día
para bien o para mal,
entregás hasta tu tía.
Si no lo entendés, olvidate,
no debe ser el momento
ni el lugar esperado,
Por las dudas agendá la idea
que algunos ojos te miran.
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